Trastornos psicosomáticos

Un trastorno psicosomático es un trastorno físico en el que los factores psicológicos contribuyen a la iniciación y/o mantenimiento de una enfermedad o dolor físico.

Estrés

Un trastorno psicosomático es un trastorno físico en el que los factores psicológicos contribuyen a la iniciación y/o mantenimiento de una enfermedad o dolor físico.

Cualquier trastorno físico suele implicar igualmente ciertas alteraciones psicológicas, y viceversa. Los trastornos psicosomáticos son aquellos donde los factores psicológicos ejercen una influencia más determinante.

Enfermedades psicosomáticas, tales como cáncer, diabetes y enfermedades coronarias, están influidas por factores psicológicos.

No obstante, recientes investigaciones apuntan a que los factores psicológicos pueden desempeñar un papel esencial en la historia natural de este tipo de enfermedades. De modo que factores como la presencia de estresores ambientales, las estrategias de afrontamiento, las conductas relacionadas con la salud, las características personales y los modos de reacción al estrés han demostrado ser de especial relevancia en este sentido.

Factores que influyen en el trastorno psicosomático

La raíz que afectó a una persona con un trastorno psicosomático es que en algún momento de su vida al enfermo le prohibieron la expresión emocional. También tienen la característica de tener dificultades en el afrontamiento del estrés. Hay familias o culturas en las que la expresión de las emociones no están bien vistas. Si no puedo expresar la muerte de un ser querido, expresaré mi dolor en mi comportamiento. Estos estados de ánimo negativos que no expresamos pueden inhibir o activar sistemas orgánicos que mantenidos en el tiempo pueden dar lugar a un trastorno o enfermedad psicosomática.

Es muy habitual en personas, que tienen dificultad para expresar sentimientos, tener conductas desadaptativas como el abuso de sustancias, mala alimentación, alteraciones de sueño, sedentarismo, accidentalismo...

Si yo mantengo en el tiempo este "mutismo emocional" junto a estas conductas desadaptativas, muy probablemente desarrollaré un trastorno psicosomático. La enfermedad sería, en este caso, la vía de escape para expresar la emoción.

Una característica de personalidad que suelen compartir los pacientes afectados por trastornos psicosomáticos además de la dificultad para expresar sentimientos es la dificultad para afrontar factores estresantes generales (p. ej., la muerte de un familiar, un divorcio, un embarazo, etc). Estos estados anímicos activan o inhiben procesos corporales. Algunos estudios han demostrado que el afrontar de forma optimista estos sucesos protege de la aparición de estos trastornos.

Por otro lado, se han definido ciertos patrones de conducta que parecen asociarse a algunas enfermedades: la llamada personalidad tipo A (sujetos hiperactivos, agresivos, impacientes, muy implicados en le trabajo) es un factor de riesgo para padecer cardiopatía isquémica (angina de pecho, infarto de miocardio (IAM)); la personalidad tipo B (personas tranquilas, confiadas, con expresión abierta de sus emociones) no está asociada a ninguna enfermedad (actuaría como factor "protector"), y la personalidad tipo C (sujetos pasivos, conformistas, sumisos, con escasa expresión de sus emociones) parece predisponer a algunos tipos de cáncer.

Los trastornos psicosomáticos están muy influidos por los factores sociales y culturales en los que se mueven las personas. De hecho, el tipo y la frecuencia de presentación de los síntomas somáticos varían en los diferentes contextos en la misma medida en que lo hacen los factores socioculturales, lo que da idea de la gran variabilidad y formas en que pueden presentarse dichos trastornos.

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