¿Qué es la anorexia?

Desorden alimenticio causado por un temor exagerado a engordar que lleva al afectado a una restricción en la ingesta de alimentos. Obsesión por el físico.

Anorexia

La anorexia es un trastorno alimentario que está, por desgracia, cada día más presente en nuestra sociedad, experimentando en los últimos años un espectacular incremento.

En este artículo intentaremos entender qué es, cómo identificarla, las causas que la producen y cómo reducir la vulnerabilidad.

Anorexia. Definición y manifestaciones.

La anorexia es un trastorno de la alimentación caracterizado por un miedo patológico hacia la obesidad, que provoca una pérdida significativa de peso amenazadora para la vida y que es fruto de una decisión voluntaria de adelgazar, realizadas por una restricción drástica de la ingesta o por atracones.

Manifestaciones:

El miedo a engordar no decrece a medida que el peso disminuye.

Hay una restricción drástica en la ingesta de alimentos.

Se realiza ejercicio físico excesivo (pueden llegar a hacer hacer ejercicio físico durante 5 horas o más)

Manifiesta una preocupación excesiva por las calorías que contienen los alimentos que va a ingerir.

Se niega a mantener el peso por encima del mínimo normal, según su edad y estatura.

Sufre una alteración de la propia imagen corporal.

En mujeres puede aparecer amenorrea ( ausencia de tres ciclos menstruales consecutivos).

Sufre Irritabilidad, depresión, obsesiones, ansiedad, aislamiento…

Constante sensación de frío.

No tiene conciencia de enfermedad, niega los problemas de peso, rechazan cualquier tipo de ayuda, ocultan información.

La pérdida de peso no es debida a una enfermedad física ni psicológica de otra índole.

Epidemiología de la anorexia:

La incidencia en la población es del 2.5%, en 10 años se ha duplicado, y la cifra de enfermos sigue en aumento, dejando claramente manifiesto la influencia negativa de la sociedad en este trastorno.

El 95% es mujer y joven. La incidencia mayor en mujeres no parece estar asociada a diferencias biológicas, sino más bien al papel que ocupa la mujer en nuestra sociedad actual, donde la belleza y la delgadez son valores altamente reforzados. Aunque se ha observado que en los últimos años que la tendencia de los hombres a padecer anorexia esta subiendo, probablemente porque a ellos también se les exige una imagen de delgadez en una sociedad cada vez más competitiva en todos los aspectos.

Las posibilidades de que el trastorno se haga crónico son bastante altas, un 25%, con las desastrosas consecuencias que implica para la calidad de vida de los pacientes.

La mortalidad se sitúa en torno al 10% por suicidio , inanición o complicaciones derivadas de la malnutrición, aunque seguimientos de 30 años o más elevarían dicha tasa hasta el 18%, la tasa de mortalidad más alta de los trastornos psicológicos.

El 50% de los anoréxicos padece además episodios de bulimia, en los que el enfermo ingiere grandes cantidades de alimento en un corto periodo de tiempo, seguidos de una inducción de vómitos, abuso de purgantes, etc.

La anorexia es más probable en la clase media y alta, seguramente porque tienen mayores niveles de exigencia y perfeccionismo.

Causas de la anorexia.

En la anorexia confluyen múltiples factores: individuales, familiares, biológicas y sociales que pueden predisponer, precipitar y/o mantener la enfermedad.

Individuales:

Baja autoestima, excesivo perfeccionismo, dificultades para afrontar el estrés, personalidad dependiente, falta de autonomía, necesidad de aprobación de los demás, intolerancia a la frustración, falta de habilidades sociales…

Familiares:

Pertenecer a una familia sobreprotectora y rígida con un alto nivel de aspiración en la vida, influido por la familia o por el mismo enfermo, aspiración que no consigue alcanzar generando un gran sentimiento de insuficiencia. Alto estrés familiar por conflictos familiares o enfermedades mentales de alguno de ellos como depresión, alcoholismo,etc.

Madre o hermana obesa, así como algún familiar significativo o referente con trastornos alimenticios, que el enfermo adopta como modelo a imitar.

Biológicas:

El hecho de que esta enfermedad se presente en varios miembros de la misma familia hace sospechar que podría ser susceptible de tener un componente biológico.

Sociales:

Presión social hacia la delgadez en los medios de comunicación, modelos publicitarios y de pasarela con pesos muy por debajo de lo saludable que contribuye a que niñas y adolescentes crean que esa extrema delgadez es el modelo a imitar.

Occidente presenta significativamente más casos de enfermos de anorexia ya que su cultura fomenta un excesivo culto al cuerpo y una fobia hacia la obesidad .

Determinadas profesiones como las de actriz, bailarina o modelo estarían más predispuestas a padecer anorexia porque se les exige mantener un bajo peso, a veces, desde muy temprana edad.

Reforzadores que mantienen la anorexia.

La pérdida de peso lleva al enfermo a obtener una serie de reforzadores, tanto intrínsecos como extrínsecos, que consolidan y mantienen la enfermedad.

Reforzadores intrínsecos:

La obesidad produce en el paciente un miedo exagerado, con la dieta y las purgaciones consigue evitarla, reforzando negativamente estas conductas .

Al observar que si come poco adelgaza el enfermo tiene percepción de control personal, que es algo que no consigue en su vida diaria y que sí consigue a través de la dieta.

También suele ejercer control sobre la familia adoptando el rol de enfermo.

Obtiene también un logro de objetivos, relacionados con la dieta, se propone adelgazar y lo consigue, viniendo una vez más a sustituir una carencia que tiene en su vida. El paciente se propuso lograr algo muy importante para él (estudios,trabajo…) sin conseguirlo. A través de la enfermedad se explicaría por qué no consigue los objetivos que se impuso, protegiendo de esa manera su autoestima.

Consigue también un aumento de autoestima al percibir autocontrol (controla lo que come) y autoeficacia (consigue adelgazar).

Reforzadores extrínsecos

Elogios y comentarios agradables de las personas de su entorno cuando comienzan la dieta (le dicen lo delgado/a que está, lo bien que le quedan los pantalones…), son personas para quienes es muy importante la aprobación de los demás y conseguirla se convierte en un potente reforzador.

Una vez que ya se ha diagnosticado la enfermedad se sienten cuidados y atendidos por la familia y amigos lo que también les refuerza, temiendo perder estos privilegios si se recuperan.

Estos reforzadores actúan al principio y hacia la mitad de la enfermedad, después, como ocurre en las adicciones y en otros trastornos, la vida del paciente se va deteriorando y va entrando en un círculo vicioso del que se ve incapaz de salir. A partir de ese momento ya ni siquiera adelgazar le hace sentir bien, lo hace para evitar el miedo, tampoco encuentra el halago de los demás y su deterioro físico y psicológico va en aumento.

Tratamiento psicológico de la anorexia:

Ya que nos enfrentamos a un trastorno complejo y multifactorial su abordaje ha de ser también complejo y debemos utilizar varias técnicas a la vez.

El tratamiento se llevaría a cabo en dos partes, la primera en el hospital donde el paciente será ingresado hasta que consiga un peso saludable y la segunda en régimen ambulatorio en el que la familia tendrá un importante papel.

- Primera fase: régimen hospitalario: Los objetivos que trataríamos de perseguir, al principio serían:

Aumento de peso hasta los niveles apropiados, el peso debe ser saludable pero no demasiado alto (se delimita el peso máximo y el mínimo), el peso no deberá alcanzarlo demasiado deprisa, el paciente debe ver que tenemos la situación controlada aportándole alta información dietética y el establecimiento gradual de un patrón de comidas con un plan diario de dieta a ingerir. Se refuerza el aumento de peso con condicionamiento operante privando al paciente de privilegios que posteriormente irá consiguiendo cuando vaya cumpliendo con el tratamiento.

En el hospital no hay espejos para que el paciente olvide su obsesión por el físico, ni podrán saber su peso, salvo cuando el psicólogo lo considere oportuno.

Se modifica la conducta alimentaria del paciente. Se controla la ingesta, desaparecen los vómitos y los laxantes. Para ello el enfermo deberá ir siempre acompañado al lavabo y de esta manera evitar que vomite.

Es necesario modificar los pensamientos disfuncionales con terapia cognitiva, ya que son los que mantienen la enfermedad, es importante detectarlos (que los reconozca, evalúe y no los acepte).

Es importante que consiga actitudes y creencias realistas acerca de la imagen corporal y el peso, situando al paciente en las consecuencias peores de engordar, para que se de cuenta que no es tan grave como se imagina. Debemos escuchar sus preocupaciones-problema, apoyarle, darle información clara. Utilizaremos las técnicas de reestructuración cognitiva y resolución de problemas. Le enseñaremos estrategias para controlar la ansiedad y el miedo con técnicas de respiración y relajación.

Es importante que durante todo el tratamiento el paciente se sienta motivado para conseguir su colaboración.

El alta hospitalaria se realizará cuando el enfermo haya alcanzado el peso objetivo.

- Segunda fase “Vuelta a casa”

La familia es importantísima en esta segunda fase, se prepara al paciente y a los familiares para identificar y modificar patrones de conducta alimentaria, trataremos de que la comunicación entre ellos sea más abierta y fluida.

Los objetivos en esta segunda fase serán: mantener el peso dentro de los límites establecidos y conseguidos, disminuir la vulnerabilidad a recaídas, mejorar el funcionamiento personal general(autoaceptación, afrontamiento de la ansiedad y funcionamiento social), potenciar las habilidades sociales y conseguir un autocontrol (conducta, dieta, pensamiento).

Consejo: Mirate con buenos ojos, acepta lo que eres y lo que tienes y no olvides que como dice el principito: “No se ve bien sino con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos”.

Autora: Rosa María Miguel

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