La leyenda del hilo rojo cuenta que las personas estamos destinadas a encontrarnos.
Cuentos de vida
Hay una leyenda japonesa muy popular que cuenta que hace mucho tiempo llegó a oidos del emperador que una bruja muy poderosa era capaz de ver el hilo rojo del destino. Ordenó que la trajeran y cuando la tuvo frente a él, le pidió que encontrara el extremo del hilo rojo que llevaba atado a su dedo meñique. La bruja así lo hizo y la búsqueda les llevó a un mercado en el que una pobre campesina llevaba una niña pequeña en sus brazos. La bruja señaló a la campesina y le dijo al emperador que ahí acababa su hilo rojo. El emperador enfurecido empujó a la campesina e hizo caer a la pequeña bebé que llevaba en brazos. La pequeña se hizo una herida en la frente de la que brotaba mucha sangre. Ordenó que detuvieran a la bruja por haberse reído del emperador y mandó matarla por tamaña ofensa.
Años después, el emperador debía casarse y la recomendación de su corte fue que se casara con la hija de un general muy poderoso. Aceptó y llegó el día de la boda. Su esposa llegó con un hermoso velo que le cubría el rostro y al descubrir, por primera vez, la cara de su esposa vio que en su hermoso rostro había una peculiar cicatriz en la frente...
La leyenda del hilo rojo cuenta que las personas estamos destinadas a encontrarnos, desde nuestro nacimiento un hilo rojo invisible atado a nuestro dedo meñique nos conecta con las personas a las que estamos vinculadas. Dicen que el hilo se puede tensar e incluso enredar, pero jamás puede romperse.