Un mensaje puede cambiar la vida de una persona. Ten cuidado con tus palabras sobretodo en situaciones complicadas.
Cuentos de vida
Un grupo de ranas iban atravesando un bosque y dos de ellas cayeron en un hoyo muy profundo. El resto de las ranas se reunieron alrededor del hoyo. Cuando vieron que éste era muy profundo, les dijeron a las dos ranas que se dieran por muertas.
Las dos ranas ignoraron los comentarios y trataron de saltar con todas sus fuerzas para salir del hoyo. Las demás ranas siguieron diciéndoles que no intentaran más, que se dieran por muertas.
Finalmente, una de las ranas hizo caso a lo que las otras ranas estaban diciendo y se dio por vencida. Se dejó caer al suelo y murió.
La otra rana continuó saltando tan fuerte como pudo. Nuevamente el grupo de ranas le gritaron que ya no sufriera intentando salir y que mejor se dejara morir. La rana saltaba más y más fuerte y finalmente logró salir.
Verán, esta rana era sorda y no le era posible escuchar la súplica de las demás. Ella pensó que sus compañeras estaban animándola todo el tiempo.
Esta historia nos enseña una gran lección:
Nuestra boca tiene el poder de la vida y la muerte.
Una palabra de aliento a alguien que esta pasando por un mal momento puede reanimarlo y ayudarlo a salir adelante. Una palabra destructiva a alguien que está pasando por un mal momento puede ser lo único que se necesite para matarlo.
Debemos ser cuidadosos con lo que decimos. Que tu boca siempre tenga una palabra de aliento para todos aquellos que cruzan tu camino. A veces es difícil entender que una palabra de aliento pueda hacer tanto por alguien. Así que de hoy en adelante, pensemos lo que vamos a decir…