Anne S., una atractiva mujer de 26 años, solicita tratamiento porque ella y su marido no pueden tener hijos.
Disfunciones sexuales
Anne S., una atractiva mujer de 26 años, solicita tratamiento debido a dos trastornos relacionados con el sexo:
- Ausencia de menstruación
- Dolor durante el acto sexual
Solicitud ayuda porque ella y su marido, a lo largo de cuatro años, habían intentado, sin éxito, tener hijos, y ella asumía que una parte del problema era la ausencia del ciclo menstrual. Un examen físico revelo que Anne era una mujer joven y sana. Su única particularidad evidente en principio era la escasez y debilidad de vello púbico y axilar. Un examen de sus genitales externos no reveló ninguna anormalidad. Sin embargo, había algunos problemas con los genitales internos. La vagina medía solo 4 cm de longitud y el útero no estaba desarrollado.
Sorprendentemente los médicos de Anne llegaron a la conclusión de que era genéticamente un hombre, increíblemente llegaron a la conclusión de que Anne, la atractiva y joven ama de casa, era en realidad un hombre felizmente casado con su marido.
Tres pruebas apoyan este diagnóstico. En primer lugar, las células que se extrajeron del interior de la boca de Anne, resultaron ser del tipo másculino XY. En segundo lugar una pequeña incisión en el abdomen de Anne, que permitió a los médicos ver el interior, reveló un par de testículos internos, pero no ovarios. Por último, las pruebas pusieron de manifiesto que los niveles hormonales de Anne eran los de un hombre.
Anne sufre el síndrome de insensibilidad androgénica. Todos sus síntomas vienen del hecho de que su cuerpo tiene la capacidad para responder ante los andrógenos. Durante su desarrollo sexual, los testículos de Anne liberaron cantidades de andrógenos normales para un varón, pero su organismo no podía responder a ellos y su desarrollo prosiguió como si no se hubiesen liberado andrógenos, sus genitales externos, su cerebro y su comportamiento evolucionaron de acuerdo con las lineas femeninas preprogramadas, sin los efectos de unos andrógenos que anulasen el programa femenino, y sus testículos eran incapaces de descender desde la cavidad corporal al no haber escroto a donde bajar. Más aún, Anne no desarrollo conductos internos femeninos porque, al igual que otros varones genéticos, sus testículos liberaban la sustancia inhibidora del conducto de Müller. Esta es la razón por la cual su vagina era tan corta y su útero no estaba desarrollado. Al llegar a la pubertad, los testículos de Anne liberaron suficientes estrógenos para afeminizar su cuerpo en ausencia de los efectos contrarios de los andrógenos. Sin embargo, la androstendiona adrenal no fue capaz de estimular el crecimiento del vello púbico y axilar
Money y Ehrhardt (1972) estudiaron el desarrollo psicosexual de 10 pacientes insensibles a los andrógenos y llegaron a la conclusión de que la placidez de sus juegos de infancia, sus metas, sus fantasías, su comportamiento sexual y su instinto maternal (varios habían adoptado niños) “estaban de acuerdo con el estereotipo idealizado de lo que constituye la feminidad en nuestra cultura”. Al parecer en ausencia de los efectos masculinizantes de los andrógenos los niños que parecen hembras son criados como hembras y acaban pensando y actuando como tales, aunque genéticamente sean varones.
Un aspecto interesante de la ética médica se plantea con el síndrome de la insensibilidad androgénica. Muchas personas creen que los médicos deberían decirle todo a sus pacientes. ¿Si fuese el médico de Anne, le diría a ella que es un hombre? ¿Se lo diría a su marido? La vagina de Anne fue agrandada por medio de cirugía, se le aconsejó que adoptara a un niño y por lo que se sabe hasta ahora sigue felizmente casada e ignorante de su sexo genético.
Un caso similar a este apareció en la serie House MD donde una atractiva joven resultó ser vícticma del síndrome de la insensibilidad androgénica, exteriormente su cuerpo se había desarrollado como el de una voluptuosa mujer, al no haber influido las hormonas masculinas, andrógenos, durante su desarrollo.
Referencia bibliográfica: Sacado del libro Biopsicología de John P.J. Pinel, Editorial Prentice Hall,
4ª Edición. www.pearsoneducacion.com