Una persona con PAS recibe más información sensorial que la mayoría. La alta sensibilidad es un rasgo hereditario que poseen dos de cada diez personas.
Habilidades sociales
El ser un PAS está muy relacionado con tener mucha empatía. La empatía es la capacidad de ponerse en el lugar de los demás. El problema de los PAS es que su exceso de empatía hace que sientan las emociones de los demás como propias y les sea casi imposible desconectar. Es por eso que necesitan estar tiempo solos, porque se pueden sentir abrumados por los problemas suyos y ajenos.
Un PAS es un amante de la naturaleza, no soporta las injusticias, detesta la mentira y se agobia en los sitios donde hay mucha gente o el ruido es excesivo. Es habitual que un PAS esté más pendiente de las necesidades de los demás que de las suyas.
Los sitios o situaciones incómodas le alteran más que a otras personas y tratará de arreglar la situación. Cuando persiste un ambiente desagradable tratará de evitarlo.
Su casa es como su castillo porque siempre necesita un lugar que le sirva de refugio para desconectar, no es dado a las visitas porque todo el mundo le busca para contarle sus problemas ya que sabe escuchar muy activamente y dar buenos consejos. A un PAS no le importa ayudar pero sin que le agobien demasiado.
Necesitan expresarse con honestidad pero esto choca con su miedo a dañar a los otros y es posible que huyan de una situación para no dañar, ni ser dañados.
Son muy sensibles a la televisión, noticias desagradables, películas... Hasta el punto de que algunos PAS no leen periódicos, ni ven la televisión.
No entienden la crueldad, ni la ignorancia, su respeto por la naturaleza es algo vital y les daña mucho ver como se destruye el medio ambiente. Adoran a los animales y los animales a ellos.
Son muy inteligentes y creativos, aunque también se aburren con facilidad. Les encanta viajar, leer, la música y el contacto con la naturaleza es imprescindible para un PAS.
Tienen una compasión irrefrenable que les hace meterse en líos porque no soportan ver sufrir a los demás y no tolerarán comportamientos como el mobbing, bullying, etc.
Es fácil que un PAS esté fatigado porque tiende a llevar demasiado peso a sus espaldas y si no sabe gestionarlo bien le acarreará problemas.
Son propensos a los cambios de humor porque no saben fingir las emociones. Si se enfadan muestran su enfado sin poder evitarlo, lo que luego les hará sentir mal por no haberse controlado y/o por si han dañado a alguien. Esto hace que sean propensos a sentirse culpables.
Es muy importante que un aprendan a gestionar bien esta excesiva sensibilidad y para ello es necesario conocer que es un PAS y entenderse. Porque se da el caso de personas con esta características que terminan evitando a las personas y se convierten en huraños malhumorados. También es muy importante que su entorno le entienda. En algunos casos es necesario que acudan a terapia para aprender a manejar esta hipersensibilidad, si esto le acarrea problemas en su entorno. También porque son más propensos al estrés, depresión, agorafobia, irritabilidad, fatiga crónica...
Yo opino que los PAS son personas maravillosas que si aprenden a ser más asertivas, a mirar por ellas y a manejarse en el mundo; serán muy felices y harán muy felices a los demás.
Autora: Rosa María Miguel