Si deseamos mejorar el comportamiento de nuestros hijos debemos planificar claramente una serie de metas y pequeños objetivos en los que queremos que su conducta mejore
Psicologia infantil
Comenzamos una serie de artículos describiendo soluciones para mejorar las conductas inadecuadas, o malos comportamientos que realizan nuestros hijos. En esta parte vamos a ver como planificar la mejora de su comportamiento.
Lo primero que debemos hacer es: Reflexionar sobre la conducta inadecuada de nuestros hijos
Nuestros hijos no son malos, sólo han aprendido a comportarse inadecuadamente porque no hemos contado con los métodos más adecuados para enseñarles.
Ahora vamos a planificar la mejora del comportamiento de nuestros hijos:
Pensemos en las metas: ¿Tengo claro cómo me gustaría que fuese todo? Para acertar en este punto hay que ser objetivo, los modelos ideales sólo se dan en la ficción y los niños nunca pueden portarse bien el 100% del tiempo. También es importante que sea realista, pienso en metas que son alcanzables para mis hijos y para mí. Y, sobre todo funcional, una meta que contribuya a una mejoría de todos los miembros de la familia para crear un ambiente positivo en nuestro hogar.
Escribamos una lista de lo que queremos mejorar o eliminar. Es posible que queramos conseguir cambios que impliquen "ser felices" o "llevarse bien con sus hermanos" pero para hacer cambios importantes, tenemos, primero, que hacer otros más sencillos: qué significan que se lleven bien, ante qué personas o situaciones espera que ellos se comporten y de que manera deben hacerlo. No olvidemos que son niños, ellos no entienden lo que les decimos si no lo hacemos de una manera clara, directa y adecuada a su edad. Tenemos que explicarles conductas sencillas y claras. Ellos no tienen aún la madurez para entender las generalidades, es nuestro papel como padres explicarselo y asegurarnos de que lo han entendido.
Durante siete días observaremos imparcialmente a nuestro hijo.
Una vez seleccionado lo que queremos cambiar, apuntaremos en un papel las veces que realiza cada uno de estos pequeños objetivos, sin intervención nuestra. Esto nos permitirá recordar, pasado un tiempo, si se están produciendo avances positivos y descubrir algunas soluciones.
Lista de incompatibles: Escribimos una lista de aquellas acciones que serían incompatibles con los comportamientos que queremos eliminar. Es decir, si elegimos que nuestros hijos no den un manotazo a su hermano cuando quiere un juguete, la conducta alternativa sería que mis hijos se pidan los juguetes. Ésta es la parte más difícil porque implica educar más que corregir y los padres muchas veces nos guiamos por el castigo dados sus efectos inmediatos. El castigo es efectivo para los padres a corto plazo. Pero los niños no aprenden nada y terminaran acostumbrándose y a largo plazo no servirá para nada, solo para aumentar nuestro estrés y nuestra impotencia. Lo que mejor funciona es el refuerzo positivo, es decir, la recompensa de las conductas adecuadas y la retirada de estímulos positivos en caso de conducta inadecuada. Quítele la consola, el ordenador o su juguete favorito y explíquele porqué, que conducta ha realizado mal para que se lo retiremos. Eso le dolerá más que el castigo y entenderá mejor lo que tiene que hacer. Eso sí hemos de mantenernos firmes para que nos tomen en serio si le castigamos sin consola está castigado y nunca impondremos castigos que no seamos capaces de llevar a cabo. Los niños son muy listos y si consiguen engañarnos perderemos toda la autoridad.