El grano de mostaza.
El tren de la vida llegará a su estación tarde o temprano.
Una mujer, deshecha en lágrimas, se acercó hasta el Buda y, con voz angustiada y entrecortada, le explicó:
-Señor, una serpiente venenosa ha picado a mi hijo y va a morir. Dicen los médicos que nada puede hacerse ya.
-Buena mujer, ve a ese pueblo cercano y toma un grano de mostaza negra de aquella casa en la que no haya habido ninguna muerte. Si me lo traes, curaré a tu hijo.
La mujer fue de casa en casa, inquiriendo si había habido alguna muerte, y comprobó que no había ni una sola casa donde no se hubiera producido alguna. Así que no pudo pedir el grano de mostaza y llevárselo al Buda.
Al regresar, dijo:
-Señor, no he encontrado ni una sola casa en la que no hubiera habido alguna muerte.
Y, con infinita ternura, el Buda dijo:
-¿Te das cuenta, buena mujer? Es inevitable. Anda, ve junto a tu hijo y, cuando muera, entierra su cadáver.
El Maestro dice: Todo lo compuesto, se descompone: todo lo que nace, muere. Acepta lo inevitable con ecuanimidad.
Al fin y al cabo nuestra vida es sólo un viaje que algún día llegará a su fin.
En esta reflexión de César Lozano nos habla sobre la vida, el tren de la vida, quiénes nos acompañan en el viaje, quiénes se bajan, cómo transcurre el viaje y qué probablemente nos espere al final. Espero que les guste.
El grano de mostaza:“101 Cuentos clásicos de la India” Ramiro Calle.